miércoles, 17 de mayo de 2023
EL PRECIO DE UNA ENTREVISTA.
Dadas las circunstancias actuales, y sobre todo las actuaciones de aquellos que gobernaron y gobiernan nuestra patria no es para nada exagerado o paranoico preguntarse por las consecuencias que pueden derivar de la entrevista que se acaba de producir en la Casa Blanca entre el presidente socialista español Pedro Sánchez y el demenciado dirigente de los Estados Unidos Joe Biden.
Y no lo es si tomamos en consideración cuál ha sido la política que desde sus inicios como nación ha movido a las distintas administraciones norteamericanas con respecto a los intereses de España, del mismo modo que si consideramos hasta que nivel llega la ausencia de escrúpulos del socialista español con tal de mantenerse en el poder.
En primer lugar, hemos de ser conscientes de hasta qué punto el presidente del gobierno español precisaba de una imagen de valor e influencia internacional que poder vender a su potencial electorado para así recuperar algún atractivo y verosimilitud respecto a su candidatura y poder de esta manera afrontar las muy próximas elecciones dada su más que deteriorada imagen pública.
Se trata por tanto de una necesidad perentoria la de conseguir esta entrevista dado que la credibilidad personal del candidato y los resultados del gobierno por el presidido llevan a que su continuidad en el gobierno se haga ciertamente complicada, y es que una gran parte de la población e incluso muchos de sus antiguos votantes le han vuelto la espalda decepcionados, engañados y en no pocos casos sintiéndose extremadamente molestos con su gestión, los resultados de esta y por haberse aliado, pese a haber afirmado lo contrario, con los enemigos de España.
Todo esto pone de manifiesto que la posición de absoluta necesidad de conseguir la imagen de un encuentro con el dirigente estadounidense coloca a Pedro Sánchez en una posición de extrema debilidad que predispone al presidente español a plegarse a cualquier exigencia o “solicitud” que presente el norteamericano, y es ahí donde radica la peligrosidad de este encuentro.
El recibimiento, aunque frio y en cierta manera displicente para con el presidente español, finalmente se ha producido y justamente antes de las ya próximas elecciones españolas. ¿Pero cuales han podido ser estas contraprestaciones que ha logrado el presidente norteamericano y en que se concretan las cesiones que ha logrado Biden de Sánchez?
Para poder vislumbrar cuales han podido ser las contraprestaciones a las que se ha podido someter Pedro Sánchez para que el presidente de los Estados Unidos le haya recibido en la Casa Blanca cuando ni siquiera le ha querido dedicar una mirada en las reuniones internacionales o cuando le ignoró cuando el presidente español le persiguió de modo vergonzoso por un pasillo para conseguir una imagen que presentar a su electorado, de hecho durante ese vergonzoso episodio ni siquiera aminoró el paso.
Algo debe haber variado y algo le tiene que haber prometido el dirigente español para lograr este cambio en la actitud del presidente Biden.
Lo que ha podido ofertar Pedro Sánchez que resultase lo suficientemente interesante para el dignatario useño y para los asesores que le aconsejan ha de referirse a aspectos que afecten a los intereses de la política internacional que los Estados Unidos viene desarrollando y que realmente afecten a algún aspecto de esta.
¿Y cuáles pueden ser estos aspectos concretamente?
En primer lugar, han de estar en relación con cuestiones que las decisiones políticas del gobierno español puedan determinar, y en segundo lugar que afecten de manera significativa a la política exterior que la Secretaría de Estado viene implementando, creo que estas dos indicaciones marcan con claridad cuáles pueden ser las cuestiones en las que el presidente español habría cedido, y que nadie dude que la cesión se debe haber producido puesto que a estos niveles no se da nada sin recibir algo a cambio.
Si entramos más a fondo e intentamos concretar los puntos precisos de la cesión encontramos que tan sólo hay tres cuestiones que España en la actualidad podría ofrecer a Estados Unidos y a su política exterior, y no tienen que ver con la utilización militar de nuestro territorio tan estratégicamente ubicado ya que la potencia norteamericano cuenta con numerosas bases militares en nuestro territorio y además España se halla sometido a la política militar exterior de la O.T.A.N., que es lo mismo que decir que está sometido a la política militar del Pentágono.
Siendo esto así las opciones se reducen a las tres que hemos señalado anteriormente y que pasamos a reseñar.
Para empezar, nos encontramos con que la política exterior norteamericana entre otros puntos se centra en el norte de África y muy especialmente en el control del Mediterráneo a través del estrecho de Gibraltar, cosa que implica de modo directo a España y a Marruecos, y no podemos olvidar que el país norteafricano es un aliado preferente de los estadounidenses cosa que no es España. Con lo que ha de mantener controlado y contento a los marroquíes para frenar cualquier tipo de radicalización islámica de la zona que pudiera afectar a los países de la O.T.A.N.
Por si alguien pudiera dudar de cuál sería la preferencia de E.E.U.U. si ha de elegir entre apoyar a España o a Marruecos la contestación es clara puesto que sólo con volver la vista hacia los más recientes acontecimientos que se han dado en la zona lo comprobamos: impedir a España durante la guerra Sidi-Ifni el uso del armamento que había sido adquirido por nuestro país a Estados Unidos, apoyo a la Marcha Verde y posibilitar los acuerdos de Madrid que dieron lugar a la entrega del Sahara, aceptación sin reservas del “reconocimiento” de la soberanía marroquí sobre el Sahara Occidental, la venta de armas ofensiva y de alta tecnología a Marruecos así como el apoyo implícito a las aspiraciones marroquíes al no reconocer de manera explícita la españolidad de las ciudades de Ceuta y Melilla así como negarse la O.T.AN, es decir E.E.U.U., a incluir bajo su paraguas defensivo a las ciudades españolas norteafricanas y las islas de soberanía así como excluir de este a las islas Canarias, curiosamente todas ellas sometidas a la reivindicación territorial de Marruecos y por tanto amenazados por este. Es así que es más que probable que en unos días o semanas asistamos a nuevas y cobardes medidas de cesiones ante Marruecos.
Pero a mi entender, con ser gravísimas, no pararían ahí las concesiones del presidente español, puesto que los intereses norteamericanos se encuentran muy afectados por la inmigración que procedente de Centroamérica trata de penetrar en Estados Unidos a través de Méjico. En lo que se refiere a este asunto no es preciso realizar elucubración alguna puesto que ha sido la misma administración norteamericana la que de manera explícita ha señalado que España habría de aceptar cierta cantidad de los inmigrantes centroamericanos que tratan de acceder a Estados Unidos.
Una de las materias en las que se habría comprometido Sánchez para lograr ser recibido sería el recibir una gran parte de la inmigración señalada para así rebajar la presión migratoria que afecta a la frontera sur norteamericana.
Si bien es cierto que la inmigración hispanoamericana sería mucho más favorable para España en tanto tienen una cosmovisión muy similar a la nuestra y a que se integra de una manera más sencilla que la procedente de países musulmanes, norteafricanos o subsaharianos esto no tendría importancia alguna si no se frena de manera radical la inmigración ilegal procedente de esas culturas y zonas.
Es más, hay que tener en cuenta que la inmigración que sería remitida desde los Estados Unidos estaría compuesta en su inmensa mayoría por personas procedentes de grupos delictivos y sujetos que forman o han formado parte de bandas o maras acostumbradas a utilizar una violencia desconocida en nuestra sociedad, de hecho las autoridades de Estados Unidos serían los primeros que rechazarían en su territorio y serían enviados a España, por no hablar de la salida hacia Europa que los pandilleros que escapan de la autoridad y medidas del gobernante salvadoreño Bukele encontrarían.
En último lugar encontraríamos que la política antirusa que el Pentágono desarrolla a través de la guerra que se viene desarrollando en suelo ucraniano encontraría una espita a través de la cual seguir apoyando militarmente al régimen de Kiev dotando a Zelensky de armas con las que alargar la guera para así debilitar a Rusia, mantener la industria armamentística estadounidense y de paso romper la unidad de una Unión Europea que poco a poco se opone a seguir suministrando armas a Ucrania oponiéndose a la tiranía useña sobre el continente europeo.
España sería el cauce a través del cual Kiev seguiría recibiendo todo el apoyo militar que ya no recibe por parte del resto de los países europeos.
En resumen la entrevista del presidente español con el norteamericano en la Casa Blanca acabaría con la poca soberanía que le queda a España: se vendería incondicionalmente a Marruecos, aceptaría una inmigración más que cuestionable, especialmente en términos de seguridad y finalmente nos enfrentaría con el resto de países europeos convirtiéndonos aún más en un protectorado de los Estados Unidos.