Es una
verdadera agresión, una traición, la que está padeciendo en estos momentos la
población española por parte de sus gobernantes. Las medidas que está tomando
esta gentuza están dañando de manera grave nuestra economía, afectando
especialmente a los precios de la energía y con ello a todos los demás
productos.
Hay que
señalar que con ser graves las consecuencias económicas no son las más
peligrosas puesto que estas medidas muy probablemente conducirán a que nuestra
nación pase a formar parte de una confrontación bélica que se extenderá por
toda Europa y en la que nos veremos involucrados sin tener ninguna razón para
ello, sin tener nada que ganar y sí muchísimo que perder.
Como habrán
podido suponer estoy haciendo referencia a esta absurda política de entregar
armas al régimen ucraniano de Zelensky, de que nuestro ejército entrene a sus
tropas y de tomar una posición abiertamente favorable al régimen de Kiev. De
esta manera nos estamos creándonos sin razón alguna un enemigo como es Rusia.
España,
bueno sus autoridades, está llevando a cabo una política de seguidismo rastrero
y baboso de la O.T.A.N., es decir de los useños, estas decisiones políticas están
poniendo de manifiesto una vez más que nuestro país no tiene soberanía alguna.
Para colmo de males encontramos que defender los intereses de la población
nacional no entra dentro de las prioridades de los que nos gobiernan. Estos
politicuchos no dejan de ser meras marionetas que obedecen las ordenes de
aquellos que les controlan y a los que supeditan todas sus decisiones.
Las medidas
que ha venido tomando, toman y seguramente seguirá aplicando el gobierno
socialista, aunque sin duda un gobierno del partido popular haría más de lo
mismo dado su seguidismo atlantista y sumisión a la política norteamericana, no
tienen defensa alguna.
Todas esas
más que probables consecuencias sólo se habrían tenido en consideración caso de
que se hubiesen tomado las medidas pensando en cuenta el bienestar del pueblo
español. La razón de tomarlas no ha sido otra que ceder a la presión política y
económica del “amigo americano” y a la de sus protectorados europeos, léase
O.T.A.N. y U.E.
La única
realidad es que gracias a esta política atlantista vasalla de la de los Estados
actualmente estamos en guerra contra la Federación rusa, y lo estamos dado que
pertenecemos a la O.T.A.N. La cual con la entrega de armas, incluidos tanques y
próximamente aviones de combate, está de hecho participando en la denominada
guerra de Ucrania, que en realidad es la guerra de la O.T.A.N. contra Rusia.
Una guerra que se alimenta y eterniza, con el consiguiente aumento número de
muertes, sufrimiento y destrucción que esto provoca.
Todo este conflicto bélico que tiene su origen en el golpe de Estado del euromaidan del 2014 que alentó la Unión Europea y puso en marcha la inteligencia de la alianza atlántica a la sombra del “aliado americano” por un lado provoca una enorme pérdida de vidas ucranianas y rusas, así como la caída de las economías europeas con el consiguiente empobrecimiento de la población. Pero todo esto no parece tener importancia alguna para los gobernantes occidentales y no parece importar que la consecuencia de todo esto sólo sea positiva para la economía norteamericana, sobre todo la industria militar y energética, las cuales están obteniendo pingües beneficios a través de la compulsiva venta de armas a las fuerzas militares ucranianas y a los países europeos que de manera tan esplendida regalan armas de manera ilimitada a Kiev, un armamento que después han de reponer con nuevo material que compran a los E.E.U.U. De la misma manera la venta de gas norteamericano, más caro y de peor calidad que el gas ruso, a Europa se ha disparado puesto que debido a las sanciones impuestas a Rusia, curiosamente instigadas y decididas por el gobierno norteamericano. Es decir, de la continuidad de este conflicto depende en gran medida el saneamiento y supervivencia de la economía de los Estados Unidos, una economía que en estos momentos se encuentra en serias dificultades dada la problemática financiera y el aumento del poder de una China cada vez más fuerte económica y militarmente.
Teniendo en
cuenta esta realidad se entiende cual es la razón por la que tanto
E.E.U.U. como sus colonias europeas
parecen buscar una eternización del
conflicto y luchar de manera activa
contra cualquier tipo de negociación o acuerdo que pudiera dar lugar a
una paralización de los enfrentamientos o, tal y como se ha puesto de
manifiesto con los acuerdos de Minsk que en palabras de las autoridades alemanas y polacas sólo sirvieron para dar
tiempo para que el régimen ucraniano se armase y no para acabar con los criminales
ataques que el ejército ucraniano realizaba contra la región del Donbass.
En lo que
respecta a España a todo esto habría que añadir que con la “generosa” entrega
de armas a Ucrania nuestro país está prescindiendo de unos medios militares que
en la actualidad resultan absolutamente necesarios para mantener unas
medianamente efectivas fuerzas armadas con las que poder hacer frente a un país
enemigo, Marruecos, cada vez más y más armado que amenaza de manera seria la
integridad de nuestro territorio.
La
vergonzosa política exterior española parece no tener en cuenta que Marruecos
es un aliado preferente de los Estados Unidos, cosa que España no es, con lo
que en caso de conflicto con el vecino del sur el armamento de procedencia
norteamericana, que es la práctica totalidad, no recibiría los recambios
precisos para mantener un enfrentamiento cuando no sería directamente vetado su
uso contra un aliado suyo como es Marruecos. A esto que hemos señalado con
respecto a la actitud más que probable del país norteamericano en un enfrentamiento
del nuestro con el reino alauí habría
que añadir que la O.T.A.N., esa organización a la que pertenecemos aún estando ocupada una
parte de nuestro territorio, Gibraltar, por un país que forma parte de la
Alianza Atlántica, Gran Bretaña, se niega
a que las ciudades españolas de
Ceuta y Melilla y las Islas
Canarias estén bajo la protección de la
O.T.A.N., con lo que dependeríamos exclusivamente de nuestra mermadas fuerzas armadas
para defender el territorio nacional.
Con estas
políticas que lleva adelante el gobierno en el tema del conflicto ucraniano
están poniendo también en riesgo la vida de muchos militares que forman parte
de los por ahora pequeños contingentes presentes en los países del este que
hacen frontera con la Federación rusa. Somos tan tontos que vamos a luchar por
defender, supuestamente, las fronteras de una O.T.A.N. que se niega a defender parte de nuestro territorio.
Lo único
cierto es que la guerra que en estos
momentos se desarrolla en Ucrania es un gigantesco negocio para los Estados
Unidos, un negocio al que contribuyen
sus aliados-siervos de la Europa Atlantista, pero parece que en algunos
países una parte de las poblaciones y de
sus dirigentes comienzan a protestar por este negocio yanki que terminará
por arruinar a Europa, a sus economías y por supuesto que pondrá en peligro
la seguridad de su población.